domingo, septiembre 30, 2007

Artículo para debatir

Música para mejorar nuestra inteligencia

La música crea caminos neurales en tu cerebro que estimulan la creatividad. Varios estudios han demostrado que la música entrena al cerebro para formas de pensamiento positivo mucho más elevadas. En un estudio determinado, varios niños de tres años fueron divididos en dos grupos. Los primeros no tenían un entrenamiento musical especial ni exposición a la música. El segundo grupo estudiaba piano y cantaba diariamente en el coro.

Ocho meses después los niños con conocimientos musicales eran mucho más capaces de resolver rompecabezas. También tuvieron una puntuación de un 80% mayor que el otro grupo en un examen de inteligencia espacial. También hay evidencia anecdótica que sostiene que escuchar música, especialmente de la era de Mozart, puede ayudarte a estudiar y a comprender mejor, desarrollando tu inteligencia.

Muchas otras investigaciones están realizándose hoy en día. Por ahora, no hay razón para no hacer una propia experimentación. He oído que Stephen King escribe con música rock a todo volumen, de modo que los beneficios de la música pueden variar según los propios gustos o la organización cerebral.

martes, septiembre 25, 2007

Dos claves para las relaciones interpersonales

La comunicación interpersonal, cuando falla, nos hace pasar bastante malestar. Y uno de los factores importantes en tales fallas es nuestra imaginación acerca de lo que los otros quieren, sienten y piensan. Para evitar esto, existen dos sencillísimas claves fundamentales pero muy poco aplicadas:

  • Decir cortésmente al otro, lo que pensamos, sentimos y queremos y

  • Preguntar cortésmente al otro, lo que piensa, siente y quiere.

En la medida en que sepamos utilizar estas claves también mejoran nuestras relaciones interpersonales y nuestra autoestima.

Debemos tener en cuenta a las dos ideas contradictorias que se relacionan con esto.

  • Uno quiere que los demás sepan lo que pensamos, sentimos y queremos pero, al mismo tiempo,

  • Uno cree que es una debilidad mostrarse transparente.

Una forma de salir de la paradoja es tomar conciencia de que la realidad muestra claramente que la gente no lee la mente o, en todo caso, la lee bastante mal; si así no fuera no existirían estafas, infidelidades, y todo lo derivado de no saber bien lo que piensa, siente y quiere el otro.

Esperamos demasiado de la comunicación del otro y nos quedamos cortos con nuestra propia comunicación. Podemos decir, y podemos preguntar. Y es la médula de la cuestión.

Otro punto importante consiste en saber administrar estas dos claves:

  • No se trata de expresar continuamente lo que pensamos, sentimos y queremos sobre cada cosa, por insignificante que fuera. El sentido común es una buena guía.

Trata de aplicar estas recomendaciones durante unas semanas (se te harán milagrosas) y observa qué sucede cuando las personas las ignoran.

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lunes, septiembre 17, 2007

Artículo para debatir

Lo que nos dicen los adolescentes

A menudo nos encontramos con situaciones, en donde están implicados nuestros jóvenes adolescentes, que manifiestan algún grado de violencia y que nos conmueven de forma especial. Mientras no tengamos la capacidad de observar lo que ellos pretenden manifestarnos no podremos comprenderlos. Y mientras no los comprendamos, ellos seguirán insistiendo para que nosotros, los adultos, escuchemos su voz.

Frente a estos aconteceres nos encontramos frente al discurso de la incomprensión, en donde parecería que muchos adultos nunca fueron adolescentes. Sin entender que la adolescencia es tan solo una etapa que se atraviesa durante el desarrollo normal del hombre.
Es necesario comprender al adolescente, porque este sujeto esta adoleciendo, que significa creciendo. Este crecimiento o desarrollo se da desde la integración de lo biológico y lo psíquico, soma y psique, es decir Psico-somático.
Los elementos a tener en cuenta no son pocos. Es menester partir de la confluencia de tres ejes: el eje del desarrollo, el eje de las relaciones familiares y el eje del paradigma cultural.
Tomando el primer eje, el del desarrollo observamos que en el joven que hay un generalizado desinterés que se manifiesta por un temor frente a las expectativas depositadas en él, dudas e incertidumbre (estas señalan una depresividad, no como enfermedad psicopatológica), al poder elegir sabe que tiene más posibilidades de equivocarse cada vez que lo haga, confusión narcisista porque no sabe si se encuentra en ese momento a la altura de las circunstancias, entre otras cuestiones. Desde el segundo eje, el de las relaciones con los padres tenemos que es impostergable un cambio de lugar de los padres para con su hijo adolescente, pena que hoy exista una adolescentización de los padres (siendo esta la dificultad de los padres para desempeñar el rol de adulto, devenido de la sociedad actual donde envejecer no esta de moda) y el joven se sienta perdido, sin límites ni reglas fijas que seguir, finalmente tenemos el tercer y último eje, el del paradigma cultural o social donde nos encontramos con menos respeto por la autoridad, la sociedad actual resulta desagradable para nuestros jóvenes ya que no comparten sus modos y valores y de allí que los cambios sociales devengan en cambios o manifestaciones en las conductas de nuestros jóvenes. Así los jóvenes terminan por ser el fiel reflejo de nuestra sociedad, de nuestras construcciones sociales como adultos que somos o creemos serlos.
Entendiendo aquello que es lo vivido para nuestros jóvenes podremos comprender los mensajes que sus voces (como palabra, como gesto, como conducta, etc.) nos develan. De esta manera seremos capaces de construir puentes que nos comuniquen, de establecer relaciones vinculares más armoniosas, de generar una sociedad con conductas más saludables, de acompañarlos y permitirles siempre fiándonos en la capacidad de espera que adoptaron nuestros hijos gracias a la confianza vincular que le correspondimos como padres, como adultos o como relevos.

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domingo, septiembre 02, 2007

Artículo para debatir

Los mayores que mantienen su mente activa tiene un menor riesgo de declive cognitivo

Las personas mayores que mantienen activa su mente realizando actividades como hacer un crucigrama, leer el periódico o asistir a una obra de teatro podrían estar reduciendo de esta manera sus riesgos de desarrollar declive cognitivo, demencia o enfermedad de Alzheimer, según sugiere un estudio del Centro Médico Universitario Rush en Chicago (Estados Unidos) que se publica en la edición digital de la revista Neurology.

En el estudio participaron más de 700 personas de Chicago, con una media de edad de 80 años que pasaron por pruebas cognitivas anuales durante más de cinco años. Los participantes formaban parte de un estudio longitudinal de más de 1.200 mayores. De los participantes, 90 desarrollaron enfermedad de Alzheimer. Los investigadores también llevaron a cabo la autopsia cerebral de los 102 participantes que fallecieron.

La investigación descubrió que una persona activa cognitivamente a una edad avanzada es 2,6 veces menos propensa a desarrollar demencia y enfermedad de Alzheimer que una persona mayor cognitivamente inactiva. Esta asociación se mantuvo después de tener en cuenta la actividad cognitiva pasada, el nivel socioeconómico y la actividad social y física actual.

Sus autores señalan que estos descubrimientos podrían ser útiles para prevenir la enfermedad de Alzheimer. Según explica Robert S. Wilson, autor principal del estudio, "se espera que los enormes problemas de salud pública que supone esta enfermedad crezcan durante las siguientes décadas a medida que aumenta la población anciana. Esto subraya la necesidad urgente de estrategias para prevenir o retrasar el inicio de la enfermedad".

El estudio también descubrió, indica Wilson, que la actividad cognitiva frecuente durante la tercera edad, como visitar la biblioteca o acudir a una actuación teatral, estaba asociado a un menor riesgo de deterioro cognitivo leve, una fase de transición entre el envejecimiento natural y la demencia, y un menos rápido declive en la función cognitiva.

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