Revisión
	 
    
    
     
    Para mejorar en muchos aspectos decisivos es        necesario tener bien claro cómo consideramos ciertas cosas en la        actualidad. Una perspectiva acerca de nuestra propia actitud actual es        completamente relevante cuando nos proponemos alcanzar una mejoría o        aumento del rendimiento.
  
     Debido a que damos por sentado que somos como somos pasamos por alto        tremenda cantidad de detalles que no corresponden con lo que deseamos ser        o alcanzar.
  
     El aumento del rendimiento comienza en nuestra mente: nuestras actitudes,        nuestros pensamientos y nuestras emociones habituales. El esfuerzo        posterior es el resultado de nuestras consideraciones más profundamente        enraizadas. Siempre conviene tener acceso consciente a ellas.
  
     Te proponemos que proceses la siguiente lista de interrogantes y respondas        claramente a cada uno de ellos.
  
     1. ¿Cuál es tu emoción más frecuente?
     2. ¿Qué sientes acerca de la vida?
     3. ¿Cómo sabes que es correcto lo que haces?
     4. ¿Qué responsabilidades desearías asumir?
     5. ¿Cómo te sientes acerca de lo que tienes?
     6. ¿Sientes cómo eres para los demás?
     7. ¿Piensas más en el pasado, el presente o el futuro?
     8. ¿Cómo te afecta el esfuerzo?
     9. ¿Cómo consideras a la verdad?
     10. ¿Confías generalmente o desconfías?
     11. ¿Sabes o tienes dudas?
     12. ¿Quieres causar cosas o prefieres recibir el efecto de lo que otros        causan?
  
     Una vez que tengas tus respuestas esclarecidas, conserva esta lista  y revisa tus respuestas un par de ocasiones al día. Hazlo durante unos cuantos  días y medita acerca de qué debes cambiar. Seguramente te resultará productiva  la revisión.
        
    
   
  
  
  
  
  
 
  
    
  
  
  
  
  
     
    
    
	 
	 Despejando la mente
	 
    
    
     
          
       Consideramos que para        aprovechar el potencial de nuestras habilidades tenemos que estar en        tiempo presente, perfectamente sintonizados con el aquí, el        ahora y el uno mismo.
No sólo tenemos que estar bien dispuestos a dirigirnos a las fuentes de        información, también tenemos que estar interesados en nuestro propio        desempeño.
Hay tres motivos frecuentes por los cuales estamos fuera de tiempo        presente, sin sintonía con las necesidades del momento o situación.        Ellos son:
       
       
1) Turbulencias en las relaciones (Una desinteligencia voluntaria o        involuntaria)
2) Problemas concretos en el presente (Una deuda, un accidente, una        imposibilidad molesta, etc.)
3) Ocultamientos de nuestras acciones (por miedos, vergüenza, etc.)
       
       
Es importante no caer en estas cosas pues afectan directamente en el        desempeño.
Entonces, siempre que sea posible...
       
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       Trata de recomponer las        relaciones que se han deteriorado.
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       Planifica cómo ir        resolviendo los problemas que se te presentan y procede estrictamente de        acuerdo al plan.
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       Trata de no hacer nada        que pudieras necesitar ocultarle a otros.
          
       
       Sin demora notarás que tu        mente responderá con mayor claridad y efectividad.