Para confrontar nuestras autolimitaciones
       La claridad mental y la claridad emocional        se refuerzan mutuamente. Lamentablemente, la confusión mental y la        confusión emocional también lo hacen.
 
    Entonces, la cuestión es: si no son los hechos los que generan emociones,        y son las creencias relacionadas con los hechos las que sí generan        confusiones emocionales ¿Por qué insistimos de manera infantil en buscar        el bienestar emocional sin replantearnos mínimamente un cambio o        clarificación de lo que creemos o aceptamos?
 
    Las creencias actúan siempre entre los hechos y nuestras emociones        relacionadas. Las emociones son la consecuencia de nuestras creencias        sobre los hechos.
 
    Si deseamos sentirnos bien, entonces es más práctico aclarar y “mejorar”        nuestras creencias que pretender cambiar a nuestras emociones, o los        propios hechos. Nadie puede levantarse del piso tirando de los cordones de        sus propias botas.
 
    Por suerte, es bastante más fácil cambiar intencionadamente las creencias        que las emociones. Es más acertado aprender a confrontar las creencias que        generan pensamientos inadecuados ya que son éstos los que a su vez generan        turbulencia emocional.
 
    La mejor estrategia transformadora estriba en saber confrontar y tratar        las propias creencias irracionales, apuntando a un efecto emocional        deseable, y tomando la iniciativa para evitar que el ciclo negativo pueda        ocurrir otra vez.
 
    Recuerda, cuando...
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Experimentamos emociones negativas como consecuencia de
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Nuestras creencias acerca de un hecho
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Tenemos que identificar por cuál creencia se filtró ese hecho.
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Y luego determinar qué estado emocional preferimos
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En vista a tal estado deseable, confrontamos las viejas creencias y creamos algunas nuevas
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Por último, planificamos alguna acción adicional para prevenir que se repita el ciclo
 
       Puedes confrontar a tus creencias en tres        etapas. Por ejemplo, ante una creencia que sabes que produce malestar en        ti:
 
    Primero: ¿Qué pruebas apoyan esta creencia? ¿Hay una ley        natural que la demuestra? ¿O tal ley existe sólo en tu mente?
 
    Segundo: Sólo porque quieres algo, ¿Se sigue lógicamente que        debes conseguirlo? Sólo porque algo te resulta incómodo, ¿Se sigue        lógicamente que eso es negativo?
 
    Tercero: ¿Creer eso te ayuda a ser más eficaz y feliz? ¿O        creer eso te trae problemas y tensión?
 
    Con sólo intentar estas recomendaciones estarás acertando el camino.
Etiquetas: Habilidad mental

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