Resolver y realizar
Habitualmente necesitamos aplicar nuestro potencial creativo para resolver problemas o para desarrollar un proyecto. A muchas personas les sucede que se paralizan ante estas necesidades, no saben cómo manejarse ante las dificultades y las oportunidades.
Es verdad que no hay algo que pueda sustituir una buena condición y aptitud, pero se puede hacer mucho para evitar los bloqueos debidos a la inercia de una mala predisposición ante los problemas y los proyectos.
Trata de adoptar la siguiente guía clásica, está basada en experiencias consensuadas y sirve para dar lo mejor de uno ante problemas o proyectos.
1. Recopila - Lee, aprende, haz preguntas, trata de saber tanto como sea posible.
2. Prepárate – Reúne todos los elementos que puedas necesitar y enfoca bien el problema o proyecto.
3. Relájate – Consigue algo de tiempo libre y busca un espacio aparte; limpia tu mente de preocupaciones, elimina tus distracciones.
4. Juega - Deja a tu mente vagar, fantasea, actúa como un niño, sin prejuicios.
5. Obsérvate - Presta atención a tu diálogo interior.
6. Suspende el juicio – Permite que pase lo tonto, extraño, feo, inútil; sólo déjalo pasar sin juzgar que algo está equivocado.
7. Registra – Graba, escribe o dibuja todo lo que puedas relacionar; lleva un anotador o un grabador contigo.
8. Evalúa - Comienza a darle sentido a lo que tienes; analiza, prueba.
9. Persevera - Si algo funciona aunque sea un poco trata de llevarlo adelante, pon en acción las ideas.
Por último, repasa etapas si es necesario. Especialmente la tercera, es fundamental.
Etiquetas: Concentración
Resintonizando el presente
Imagínate que eres un boxeador y que en la mitad de un combate por el campeonato, por la razón que fuera, dejaras de estar mentalmente allí. Tu integridad física sufriría las consecuencias en cualquier momento. Muchas veces, por motivos muy variados, podemos encontrarnos en un estado similar de dispersión y riesgo. Las consecuencias de la pérdida de sintonía con el aquí y ahora pueden ser muy serias., van de no entender nada a sufrir un accidente.
La particularidad extraña de este estado es que puedes ser consciente de estar sufriéndolo pero parece que nada pudieras hacer para evitarlo. Es pura inercia.
Este recurso es para ayudarte a “resintonizar” el tiempo presente al tiempo que refuerzas tu capacidad de concentración.
Antes que nada, imagina que puedes funcionar en tres modos distintos: modo intelectual (de los pensamientos), modo emocional (el de las emociones) y modo sensorial (el de las sensaciones físicas). Puedes funcionar en los tres modos simultáneamente, en pares o por separado.
Cuando seas consciente de que te has salido de tiempo presente...
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Elige funcionar en el modo sensorial solamente. Asegúrate bien que cambias tu mente de pensamientos a sensaciones.
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Tienes que hacer alguna actividad sencilla; puedes hacerlo mientras cocinas, corres, limpias, te vistes, te duchas, etcétera.
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Observa a tu propio proceso de atención mientras realizas estas acciones y mientras experimentas sensaciones físicas (recuerda que estás funcionando en modo sensorial)
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Luego agrega el funcionamiento en modo emocional y observa el tono emocional que experimentas durante las sensaciones: agrado, desagrado, inquietud, monotonía, interés, etcétera.
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Cuando tu mente intente volver al mundo de los pensamientos llévala enseguida a cualquier sensación física, por trivial que sea.
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Continúa observando las sensaciones y emociones que van y vienen. No debes encender el modo intelectual. No debes seguir pensamientos ni analizar nada.
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Sigue así hasta que notes fluidez en tus movimientos (recuerda que estás haciendo alguna cosa relativamente sencilla)
Cuando te percates de que te mueves con fluidez es porque resintonizaste tiempo presente y naturalmente permanecerás sintonizándolo por un buen rato. Puedes reiniciar el modo intelectual. Notarás la diferencia inmediatamente.
Etiquetas: Concentración