El zoquete intolerante y su pequeño ego
,La humildad, que es una virtud, no es común. Los problemas con los egos, por lo general, no son problemas de egos virtuosos frente a egos viciosos, no son problemas de peso moral.
El zoquete intolerante no puede contenerse y tiende a expresar agresivamente su rechazo hacia el ego del otro, como puede hacerlo cuando siente rechazo hacia una comida que no le cae bien. Tiene que hablar mal de la comida que no le cae bien, incluso cuando no la come. Pero cuando esa comida que no puede tragar se la sirve en plato alguien poderoso, influyente o famoso, la come sin chistar. El pedestal en el que se sube el zoquete intolerante se desmorona por el peso de su memez e hipocresía.
Los egos de los demás, sean agrandados o no, sólo pueden molestar a los pequeños egos. La intolerancia hacia el ego del otro es un síntoma de necesidad y urgencia para prestarle atención al propio ego, no al de los demás.
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