7 hechos significativos sobre la imaginación

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la interfaz mental y su red físicaLa imaginación no sólo es útil en genios e innovadores

Ahora sabemos a ciencia cierta que nuestra existencia, supervivencia y cognición dependen de la imaginación.

Sin embargo, las teorías sobre la imaginación estaban bajo la influencia de ideas que describían a la imaginación, la fantasía y la creatividad, sin conocer realmente su origen ni la estructura física que le brinda soporte neuronal.

Las investigaciones neurocientíficas realizadas en el 2013 establecieron por primera vez que la imaginación es la función de una red neuronal compuesta de 11 regiones que abarcan todo el cerebro. En neurociencias se especulaba con la existencia de esta gran red neuronal a la que se le conocía como la «estación interna de trabajo».

Ahora sí, estos son los 7 hechos sobre el cerebro y la imaginación que te impactarán:

1) Somos el cerebro, aunque sólo consideramos que somos lo que imaginamos que somos. Si consideramos que somos el cerebro, como tal, llevamos 500 millones de años evolucionando en la Tierra. Sólo nuestro estadío evolutivo más reciente se corresponde con la especie homo sapiens sapiens.

2) Lo que culturalmente y autobiográficamente aceptamos como nuestra identidad – el Yo autoconsciente de la experiencia subjetivalo imaginamos.

3) No hay distinciones prácticas entre percibir, pensar e imaginar. Para el cerebro, la experiencia es indistinta de la imaginación de la experiencia. Y sin imaginar, ni pensamos ni nos movemos.

4) Lo que llamamos mente es la estación interna de trabajo, conocida también como imaginación. No habría distinción entre mente e imaginación.

5) La red neuronal de la imaginación actúa como la interfaz INTERNA del cerebro, en tanto que el sistema sensomotor, como la interfaz EXTERNA.

6) La red neuronal de la imaginación tiene la función de hacer estimaciones, simulaciones y representaciones internas. Con conciencia y sin ella.

7) La función de la mente-imaginación refleja la forma en la que el sistema sensomotor interactúa y experimenta el mundo.

Somos el cerebro: «Tan amplios como el cielo»

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Si la neurociencia actual está en lo cierto, «somos» el cerebro.

Crystal_mindNos hacemos conscientes también del hecho de que «como cerebros» contamos con algo así como 500 millones de años de evolución y perfeccionamiento, desde las medusas primigenias hasta los humanos actuales. Al pensar en nosotros como cerebros no tenemos que limitarnos necesariamente a considerar nuestra historia reciente, en la especie humana, hace 100.000 años o algo más. Nuestro desarrollo embrionario no lo hace: la ontogenia recapitula la filogenia.

Así es que… Tú no tienes un cerebro, tú eres un cerebro.

 


Elefantes atados

Los cerebros usamos naturalmente nuestros cuerpos e imaginación para interactuar con el entorno. Haciendo esto naturalmente «conquistamos» el mundo.

Pero el hecho de que algo se haga naturalmente no significa necesariamente que además se haga en el máximo nivel de rendimiento. Cualquier talento natural puede mejorarse.

elefante-sumiso (1)En muchos casos, lamentablemente, es como el cuento del elefante que crece atado por una soguita a una estaca, y que a pesar de su poder físico no va más lejos porque no se le ocurre lo que realmente puede hacer.

La cultura dominante en la especie humana induce a creer que conceptos, cuerpo e imaginación pertenecen a dominios muy diferentes. Es una visión falsa e ineficaz. Y si no la superamos nos limitaremos como el elefante del cuento.

 


Mejorar resultados vs mejorar capacidades

¿Qué sucede cuando valoramos demasiado poder hacer todo con el «mínimo esfuerzo cognitivo»?

¿Y qué sucede si el mínimo esfuerzo cognitivo alcanza para obtener buenos resultados aunque depende cada vez más de dispositivos tecnológicos y una base predigerida de conocimientos?

Analog-and-digital-minds_vectorizedMejorar los resultados no es lo mejor que podemos hacer. Mejorar nuestras capacidades y habilidades cognitivas naturales, sí.

A la luz de la ciencia, ya no da lo mismo preferir una cosa que otra. Se hacen más claras las diferencias en costos y beneficios. Mejorar resultados al costo de mayor declive cognitivo vs mejorar nuestras capacidades al costo de invertir tiempo y esfuerzo en comenzar a explorarlas y educarlas con nuevos abordajes y enfoques.

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