La mente extendida y la mnemotecnia

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Un caso célebre de uso de la mente extendida originó la Mnemotecnia clásica.

El poeta griego Simónides de Ceos, siglo V a.c. fue convocado para reconocer los restos de quienes estuvieron en un banquete en el que participó quedando como único sobreviviente luego de un fatal derrumbe. Los restos humanos estaban irreconocibles pero ver el lugar le permitió a Simónides rememorar las ubicaciones de los comensales, lo que ayudó a identificar los cuerpos.

En la visión de la cognición extendida, el lugar, al acoplarse como parte de los procesos cognitivos de Simónides, fue lo que permitió la hazaña.

La leyenda atribuye a este suceso el origen del famoso método mnemotécnico del lugar (método loci).

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