El Espejo Invertido…

El cuerpo no es una carga. La única carga que llevamos a cuestas es la de nuestras creencias y valores.

No somos tan pero tan especiales como para no encajar en la naturaleza. Ni hay prueba o evidencia alguna de que únicamente permanecemos en el mundo real por estar apresados en un cuerpo. Y aunque tampoco haya pruebas de que no somos lo que creemos que somos, la famosa navaja de Occam posibilita considerar que es más probable que carguemos con el peso de nuestras creaciones – un real y enorme peso – sin siquiera enterarnos.

Es posible que ninguna otra creencia le haya costado más estancamiento a la evolución de la conciencia humana que esta creencia cargada de valores. Probablemente ninguna otra creencia sea más funcional para hacernos esclavos de lo que ignoramos.

Lo que todos llamamos «progreso» se entiende mayormente como progreso material… Pero, a contramarcha de la creencia convencional, el progreso material no es lo opuesto al progreso «espiritual».

Y no da para aliviarse porque tampoco son cosas complementarias, como muchos sistemas sostienen.

El progreso material es un subproducto del progreso «espiritual». Y nuevamente, esta idea apoyada por cada vez más personas, lejos de ser positiva es sumamente negativa.

Los excesos del progreso material son subproductos de creer en una naturaleza humana «fantásmica». ¿Cómo es posible algo así? No es una idea nueva. Se sospecha de esto hace mucho tiempo.

Los oprimidos se consuelan con la idea de una liberación fuera del mundo real en tanto que los humanos funcionales al progreso material lavan sus culpas o se sienten por encima de todo; del mundo real y todo lo que contiene, incluyendo a la vida.

Más que «amos humanos» de «títeres humanos», lo que hay es una Matrix real en la cual estamos todos contenidos, y esta Matrix está hecha de «memes».

¿Qué son los «memes»?.. Son el equivalente abstracto de los genes reales que se estudian en biología y – al igual que los genes – según el biólogo Richard Dawkins, también son entidades egoístas… se autoperpetúan como lo hacen los genes… siendo nosotros sus vehículos de supervivencia… (los escépticos pueden googlear para corroborar el peso de esta teoría entre científicos y filósofos ¿por qué no?).

Vivimos esclavizados por nuestras creaciones: símbolos, creencias y sistemas de valores. Y estas creaciones nuestras, desde la aparición de la especie humana, fueron evolucionando y consolidando una Matrix, un sistema abstracto casi tan universal, poderoso y sutil como el de la película.

Aunque el Espejo Invertido no existe, «refleja» adecuadamente «lo inexistente».

La Matrix nos mantiene en un tiempo no real, eternizándonos contra toda evidencia de finitud.